Supervisan y certifican trabajos, realizan informes u obtienen datos de distintas obras de conducciones de saneamiento o abastecimiento, de líneas eléctricas, de edificación, de arreglo de calles... Desde el pasado 2 de julio trabajan codo con codo con el resto de trabajadores del servicio de Infraestructuras y Servicios Urbanos del Ayuntamiento de Ciudad Real. Son los cinco ingenieros del Plan de Empleo de Castilla-La Mancha que han sido asignados al proyecto “Planificación de la Red de Abastecimiento de Agua Municipal” y que están aportando talento, sabiduría y experiencia a importantes proyectos de la capital.
En total, han sido 68 los trabajadores y trabajadoras que se han incorporado a trabajar en distintas dependencias municipales en la primera fase del Plan de Empleo 2018 en Castilla-La Mancha, financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación de Ciudad Real, el Instituto Municipal de Promoción Económica, Formación y Empleo (IMPEFE) y cofinanciado por el Fondo Social Europeo.
Esta no es la primera vez que el servicio de Infraestructuras del Ayuntamiento acoge a trabajadores del Plan de Empleo, según explica el responsable del mismo, Alfredo Pulido. “La experiencia que hemos tenido otros años ha sido bastante positiva. Normalmente el perfil que viene es muy bueno, aunque no respondan a los criterios puramente técnicos que necesita el servicio, pero se adaptan rápido y tienen una gran disposición a trabajar”, asegura.
“Muchas veces hablo con ellos de que su formación y sus expectativas puede superar en mucho lo que luego tendrán que hacer aquí, porque ha llegado gente muy preparada, involucrada e implicada, con ganas de trabajar, muy versátil. Este año también ha sido así”, continúa el jefe de servicio.
José Ignacio Antona del Val, Ingeniero de Caminos de 59 años, es uno de los cinco trabajadores del Plan de Empleo que se ha incorporado a este servicio. No es nuevo para él porque ya estuvo trabajando en el mismo puesto con un plan anterior. “Llevo 28 años trabajando en el sector de la construcción, pero me pilló la crisis de lleno. Fue un golpe muy duro para todo el sector y también para mí. Me dediqué después a montar exposiciones y habilitar espacios arqueológicos para que pudieran ser visitados, pero el sector de la cultura también se vio muy afectado por la crisis. Así que lo dejé y estuve dos años en el paro. Después aquí seis meses con otro plan de empleo, he pasado un año en el paro y ahora he vuelto y estoy muy contento”.
Explica que el desempleo es “una cuestión mental” que él ha sobrellevado intentando seguir activo. Se apuntó a clases de inglés y a varios cursos, se tomaba la búsqueda de empleo como un trabajo dedicando a ello una hora diaria y sacaba adelante las tareas de la casa. “No ha sido fácil porque yo tengo una edad en la que todo se complica muchísimo y la situación del sector de la construcción –que se está moviendo poco en España y menos en Ciudad Real- no ayuda. O me contrato yo mismo o las empresas no quieren contratar personas como yo”, dice José Ignacio.
Alfredo Pulido añade que no puede entender que a una persona como José Ignacio le cueste encontrar trabajo: “Lo que él aporta aquí no puede aportarlo un recién titulado. Lo que él tiene no se puede estudiar, lo que ha aprendido en toda su vida laboral es un plus enorme que solo puede aportar él. Por eso me parece un error grandísimo que una empresa no se fije en este tipo de perfiles. Su talento y sabiduría no se puede encontrar en ningún otro perfil”.
La otra cara de la moneda son esos jóvenes, sobradamente preparados, que estampan todas sus ilusiones contra la realidad del desempleo. Es el caso de Lidia Ruiz Ripoll, de 32 años. Tras siete años trabajando como investigadora en la UCLM, incluso dando clases y con dos estancias en el extranjero (EEUU e Italia), un buen día se ve sin trabajo y desamparada. “Los recortes por la crisis llegaron también la investigación. Mi último proyecto se acabó y fuera. No había más presupuesto. Después de invertir tantos años en estudio, en formación, después de todo el esfuerzo, te encuentras sin saber hacia dónde tirar”, asegura.
Volvió al mundo laboral tras un periodo de año y medio de paro a través de un plan de empleo en Bolaños, como técnico de Urbanismo. Acabó en marzo y ahora vuelve a trabajar gracias a este Plan de Empleo 2018. “Estoy muy bien. Yo soy muy activa y siempre necesito tener algo entre manos. El ambiente aquí es muy bueno, todo el mundo te ayuda en todo lo posible, hay un gran compañerismo”, afirma Lidia. Sobre la labor que desempeña, explica que ahora está revisando un proyecto de la cubierta del polideportivo de Las Casas, donde también se van a hacer unos vestuarios. Ella se encarga de comprobar si se cumple toda la normativa, si los cálculos están bien y de realizar un informe al proyecto. También está colaborando con otros compañeros en obtener los datos para cerrar la segunda ronda la capital, del tramo que queda en el norte.
Esta Ingeniera de Caminos se muestra optimista porque piensa que esta nueva experiencia laboral, unida a la que tuvo como técnico de urbanismo, complementan su currículum y le ayudarán a abrirse nuevas puertas en el mundo laboral. “Es algo bueno que tiene nuestra carrera, que toca muchos ámbitos y podemos reorientarnos a distintos perfiles laborales”, añade.
José Ignacio y Lidia tienen historias y recorridos distintos pero ambos testimonios ponen de manifiesto lo que el trabajo o, por desgracia, la falta de él, marca y condiciona la vida de las personas. También nos enseñan algunas de las caras más injustas del mercado laboral actual, que castiga a los perfiles con más edad aun siendo enormemente valiosos o no facilita que jóvenes con una gran preparación accedan a un puesto de trabajo. Los Planes de Empleo tratan en parte de aliviar estas situaciones y de devolver a estas personas, al menos temporalmente, la esperanza y la ilusión.
Plaza Mayor 1 Ciudad Real 13001
Webs municipales