De nuevo tengo el inmenso honor de dirigirme a vosotros en estas fechas navideñas tan intensas y llenas de recuerdos, para trasmitir a cada uno de mis queridos vecinos los mejores deseos de Paz, Felicidad y Concordia en estas Fiestas.
Si cualquier época del año es buena para desear todo lo mejor para nuestros amigos, vecinos y familiares, estos días, quizás contagiados por lo que llaman el “Espíritu de la Navidad”, nos hacen sentirnos más próximos y solidarios los unos con los otros. La alegría del reencuentro familiar, la despedida de un año que termina con el que quedan atrás todos cuantos sinsabores nos ha proporcionado, unido a las expectativas que se abren al dar la bienvenida a un Nuevo Año que vendrá cargado de nuevas ilusiones y esperanzas, infunde en nuestro ánimo un impulso positivo que se respira en el ambiente y que, ni aún la crisis económica y su más nefasta consecuencia, el paro, consigue doblegar.
Para esta Alcaldesa el año que termina no será un año cualquiera, la responsabilidad de la presidencia de la Corporación Municipal de nuestra ciudad que asumí hace casi cuatro años, constituyó un reto personal extraordinario, pero, sobre todo, supuso una oportunidad única de contribuir al progreso y bienestar de nuestros ciudadanos, desde el cargo público que más cerca se sitúa de sus aspiraciones y también de sus problemas cotidianos, el de Alcaldesa. Sin autocomplacencias, creo sinceramente haber servido con honradez y entrega total, al objetivo de construir para tener una ciudad mejor, pues, aunque el momento presente aconseje prudencia en el gasto, nuestra ciudad mantiene ante sí unas enormes posibilidades de desarrollo, fruto de una labor callada y constante, surgida del esfuerzo de muchas personas, inspirado siempre en el firme convencimiento sobre bondad de nuestro proyecto para Ciudad Real.
Estas fiestas, eminentemente familiares y hogareñas, no deben entenderse como ocasión para un consumismo desbordado, para los excesos en la comida y en la bebida que hagan olvidar el sentido profundo de la Navidad, que no es otro que el de la Paz, la solidaridad y la fraternidad. Tampoco podemos olvidar a aquellos de nuestros vecinos que en estos días sufren las consecuencias del paro, la enfermedad, o simplemente echarán de menos en la Cena de Navidad la presencia de algún ser querido que durante el año que termina nos dijo adiós.
Un nuevo año supone la ocasión propicia para formular nuevos propósitos y renovar la ilusión por llevar a buen puerto aquellos proyectos que ya han sido iniciados. En este sentido, deseo aprovechar esta ocasión para infundir en todos vosotros la confianza en nuestras posibilidades para afrontar cualquier adversidad. Ciudad Real, Castilla-La Mancha y nuestra querida España, merecen lo mejor de nosotros mismos en un esfuerzo generoso de unidad y solidaridad, en el que queden superados para siempre viejos rencores que no son más que semilla de discordia, mayor sensibilidad hacia los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad, como son los ancianos, los enfermos, los discapacitados y todos cuantos en estas fechas sientan como propio el mensaje del Nacimiento del Salvador, pues la Navidad, es la mejor amiga de sentimientos tales como la ternura, la cercanía y la solidaridad con quienes más nos necesitan.
¡Feliz Navidad! para todos los hogares de los ciudadrealeños y los mejores deseos para el 2011, es el mensaje que, con el mayor afecto, os quiere transmitir vuestra Alcaldesa,
ROSA ROMERO SÁNCHEZWebs municipales