Un numeroso público disfrutaba, hoy, de las impresionantes voces de Joana Jiménez, Quintín Zamora y Carmen Abad, acompañados al piano por el reconocido Rafael Rabay, los cuales han interpretado clásicos de la canción popular española. El espectáculo, que tradicionalmente se celebraba en la Puerta de Toledo, ha cambiado este año de ubicación por las medidas de restricción sanitaria.
La gala de la copla es un referente en las programaciones culturales de Ciudad Real, y en concreto de las Ferias y Fiestas de la capital, ya que cuenta con un gran seguimiento por un gran número de personas. El concierto de hoy ha sido de una calidad excelente, al más alto nivel. La gala ha estado conducida por el gran maestro de estrellas, pianista, compositor, director musical y letrista, Rafael Rabay, que ha trabajado al lado de grandes artistas como Lola Flores, Isabel Pantoja, Marifé de Triana, Manolo Escobar o Marujita Díaz. Rabay ha mostrado su agradecimiento al Ayuntamiento de Ciudad Real, y en especial a la alcaldesa Eva María Masías, por su valiente apuesta por ofrecer este tipo de conciertos en unos tiempos tan difíciles.
La primera en salir al escenario era la cordobesa Carmen Abad, ex concursante de la primera edición de “Se llama copla”. Con siete años su madre, a la que ha dedicado una canción muy especial, igual que al resto de madres que se encontraban entre el público, la apuntó a una academia de danza y sería tiempo después cuando sus compañeras le animaron a cantar, por lo que decidió estudiar con Antonio Fraguero, su primer maestro de canto. Desde entonces su pasión por la música ha ido creciendo, escuchando todo tipo de música. Ha formado parte de la orquesta “Albebarán” y del coro rociero “Coro de San Juan de Dios”. Además, tiene una gran admiración por la Semana Santa lo que la ha llevado a ser una apasionada de las saetas.
Seguía el orden de actuación la sevillana, Joana Jiménez, que fue ganadora de la primera edición del show “Se llama copla” de Canal Sur y que inundaba el escenario con su fuerza arrolladora. Desde muy pequeña empezó a bailar flamenco y posteriormente comenzó los estudios de solfeo en el conservatorio de Sevilla, lo que marcaría su trayectoria para siempre, ya que la música sería su medio de vida. Durante el concierto los propios protagonistas han contado la anécdota personal en la que, una muy pequeña Joana, se quedaba mirando atónita los ensayos de Marifé de Triana con Rafael Rabay.
Por último salía al escenario del Auditorio La Granja, el cantaor, Quintín Zamora, muy conocido en la provincia de Ciudad Real por sus raíces y por sus numerosas actuaciones en la comarca, que ha exhibido su enorme capacidad vocal durante toda la actuación incluso cantando sin micrófono, en una actuación soberbia en la que no han podido faltar los fandangos.
Los espectadores han podido disfrutar de una noche de copla mágica, en la que la sensibilidad, la fuerza, y el sentimiento de las raíces españolas más profundas han conseguido llegar a cada corazón del público asistente.
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