Esta tarde el Antiguo Casino acogía el pregón taurino organizado de por el Ateneo Taurino Manchego de Ciudad Real, a cargo de Juan Luis Huertas, Álvaro Ramos y Víctor Dorado, grandes aficionados a la tauromaquia. Un acto al que ha asistido la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, una representación del Gobierno regional, algunos miembros de la Corporación Municipal y el presidente del Ateneo Taurino de Ciudad Real, Antonio Espadas. Un evento que ha sido presentado por Juan Domínguez y que ha contado con numeroso público y otras personalidades del tejido cultural, político, económico y social de la ciudad. Una edición del pregón taurino que coincide con un año en el que no habrá toros en la feria, por la importante obra de remodelación que se está llevando a cabo desde el Ayuntamiento de Ciudad Real.
La alcaldesa de Ciudad Real ha dicho que “hoy es un día especial, un pregón especial, en una feria especial, porque es el pregón de los pregones que quedará para el recuerdo de todos los ciudadanos que somos aficionados al mundo del toro, que disfrutamos con el mundo del toro, de esa tradición y esa costumbre. Un pregón que, aun no habiendo feria taurina, nos llevará a cortar oreja y rabo”.
El presidente del Ateneo Taurino de Ciudad Real manifestaba el deseo de que “el año que viene podamos disfrutar de una plaza remodelada y a la altura de la afición taurina de la ciudad, así como de nuestras tertulias taurinas”.
Comenzaba el pregón Juan Luis Huertas, comentando que “hoy voy a abrir la plaza de los sentimientos, de los recuerdos, de la difícil magia que tiene hablar de los toros, de nuestra fiesta, porque es de todos los que tienen sensibilidad”. Añadía que “la Fiesta está intrínsecamente grabada a fuego en nuestra historia, en nuestra forma de ser y hasta en la fisonomía de nuestra España, por lo que tiene que ser identificadora y alejada de políticas e ideologías”.
Víctor Dorado centraba su discurso elogiando la figura del toro, porque “es el que manda en el campo, quien da sentido a la fiesta, quien mantiene los cimientos, la historia de nuestra patria, sin tapujos, sin complejos”. Añadía el segundo pregonero que “defenderé siempre al toro, allá donde vaya, porque para mí eres el rey de la dehesa, de la fiesta y el tesoro de España”.
Finalmente, Álvaro Ramos centraba su pregón en la figura de Joaquín Rodríguez “Cagancho”, un torero “injustamente tratado por la historia, que fue moderno, rebelde, pobre antes que rico, transgresor y artista, siendo trianero, gitano y guapo”. Reflexionaba Ramos sobre el difícil momento de la tauromaquia en nuestros días “porque en la sociedad urbanita ha arraigado el culto de las mascotas, atribuyendo a los animales comportamientos muy humanos, humanizando al animal y deshumanizando al humano”. Destacaba también “el valor artístico del toreo, porque es un arte, y a los antitaurinos y a nosotros nos separan únicamente quince minutos, que nosotros consideramos creación artística y ellos no; pero el arte es incómodo, el arte es transgresor y, a veces, irracional y sobre todo polémico, por eso el toreo es más que nunca moderno, alternativo y pone en contacto a la sociedad con el acontecimiento de la muerte”.
El acto se ha cerrado con la entrega de unos presentes a los tres pregoneros, a la alcaldesa de Ciudad Real, por su esfuerzo para llevar a cabo la obra de la plaza de toros, al Pandorgo 2022, Carlos Lillo, a su esposa, Gemma García, y al presentador del acto.
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