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La presentación del libro La Escuela de Artes de Ciudad Real primeros años reunió a mucho público en el Antiguo Casino de la capital.

La relación de actos organizados para conmemorar este aniversario, están sacando a la luz momentos de la historia de este centro de formación que merecen ser recordados para dar aún más valor, a todo lo que sus profesores y alumnos han aportado con sus proyectos a nuestra sociedad.

La alcaldesa, Rosa Romero, una vez, acudió a este evento y en la presentación del libro reconocía que gracias a este documento, podemos conocer cómo era la capital en esos primeros años del siglo pasado, archivos y facsímiles que han sido rescatados por Carmen López Salazar, Javier Herrero y Pedro Lozano, profesores de esta escuela.

Este libro es una auténtica y fidedigna recuperación de memorias históricas, de las actas de los cursos desde el primero, en 1911 hasta el de 1921, y por las que sabemos quienes componían los claustros de profesores, los alumnos premiados, las enseñanzas que se impartían, las cuentas detalladas de los gastos corrientes de la Escuela o que por ejemplo, la Escuela de Artes de Ciudad Real inició su andadura con 388 en el primer curso, de los que tan sólo 18 eran mujeres y en una única asignatura; dibujo artístico.

En 1920 se creó la Escuela del Hogar y Profesional de la mujer de Ciudad Real, en pro de la instrucción de la mujer, con 181 alumnas en ese primer curso que recibían instrucción sobre corte y confección, bordados, higiene, puericultura y cuidado de enfermos, religión y moral, taquigrafía y mecanografía y clases de francés.

Este libro muestra además cómo era la Ciudad Real de aquellos años. Y es que en 1911, año del primer curso y de la creación de la Escuela de Artes, Ciudad Rea tenía 16.400 habitantes, era un pueblo grande, con pésimas carreteras, sin calles asfaltadas, con un índice de analfabetismo muy alto y con tan solo una minoría culta que se dedicaban a la política, dirigían los periódicos y tomaban una serie de decisiones como la de crear la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real con el objetivo de divulgar entre las clases obreras, que eran mayoritarias, los conocimientos científicos y artísticos que constituyen el fundamento de las industrias y las artes manuales.

Por todo ello, Rosa Romero aseguraba que la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real sirvió para despertar cultural y artísticamente a una ciudad dormida y atrasada y que gracias a su actividad y a sus aportaciones, Ciudad Real empezó a tener vida, iniciativas, y expresiones culturales y artísticas de las que carecía hasta entonces.

Hoy en 2012, la Escuela de Artes puede presumir de tener tras de sí una historia gloriosa con nombres importantes en su nómina de profesores que han sido grandes artistas de la provincia del siglo XX y alumnos que también han dejado su sello como artistas y diseñadores, aseguró la alcaldesa para terminar afirmando que la Escuela como Institución esencial en Ciudad Real es un referente por su implicación en la vida social y artística de la ciudad.