La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, presentaba en la noche de ayer el libro de Rafael Cantero, “Calles, plazas y plazuelas de Ciudad Real, acompañada por el subdelegado del Gobierno de España en Ciudad Real, Fernando Rodrigo. La alcaldesa ha prologado el nuevo libro de Cantero en el que se analizan 135 calles de la capital que han llegado a contar con 290 nombres diferentes.
Calles que forman parte del entramado histórico de Ciudad Real y que el autor ha querido poner en relación indicando a qué barrio estaban adscritas desde la fundación de la ciudad hasta el siglo XXI.
La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, recordaba las vinculaciones que las distintas calles de la capital han tenido con su vida: cómo creció jugando en la calle Real donde no había peligros, sólo juegos y donde los vecinos cenaban juntos mientras se tomaba el fresco, cómo en la calle Morería los niños inventaban que la cueva llegaba hasta Alarcos.
Reconocía que no debe ser fácil el seleccionar un nombre para ponerle a las calles y recordaba los desvelos de muchas parejas cuando tienen que poner nombre a los hijos y “no es fácil agradar a todo el mundo”.
La alcaldesa afirmaba que en alguna de las plazas o plazuelas de las que habla el libro, “echa de menos un monumento a los abuelos, por lo que están haciendo para la conciliación de las vidas familiares y laborales de sus hijos”.
Zamora animaba a leer el libro de Rafael Cantero ya que “no es una guía de Ciudad Real, sino un paseo por el pasado, el presente y por hacer el futuro de esta ciudad que tanto queremos y tanto amamos.” Y les pedía a los futuros lectores a que paseen por Ciudad Real con este libro bajo el brazo. “Así el paseo será más ameno más agradable y mucho más enriquecedor. Desde ahora, Rafael, vamos a pasear Ciudad Real contigo de la mano.”
Rafael Cantero reconocía que “recorrer las calles de Ciudad real es como ir leyendo un tratado de historia”. El libro no sólo va a servir para estudiar las calles actuales sino para conocer otros nombres que se dieron históricamente a las mismas, como “caballo”, “culebra”, “sangre” u otras que conformaban el barrio de la judería y también saber el significado, el por qué de esos nombres
El callejero de Ciudad Real nos descubre –reconocía el autor- a hijos ilustres cuya biografía muchas veces nos es desconocida, como la calle Jofre García Eloysa, descubridor del cabo de hornos junto a Juan Sebastián Elcano, a Leonardo de la Peña, médico que creó la cátedra de urología en la Universidad Central al que se le quitó la calle para ponérselo a las “Madrilas”, unas señoras de Madrid que regentaban un prostíbulo muy afamado.
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