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La Dulcinea y el Pandorgo 2019, Fátima de la Flor y Julio Santiago Sánchez, acompañados de la concejala de Promoción Turística, Festejos y Tradiciones Populares, Eva María Masías, han sido los encargados de comenzar las visitas guiadas al arco del torreón del Alcázar y a las galerías subterráneas.

Una visita a cargo de los guías oficiales de Ciudad Real, en esta ocasión a cargo de Cristina López de Lerma, en la que se explica a los visitantes tanto la importancia histórica y de recuperación de este patrimonio histórico de Ciudad Real, vallado desde el año 2006, como desde el punto de vista geológico, al estar esta zona ubicada junto a un mar volcánico.

Las visitas guiadas han tenido tanta aceptación que ya se han completado las ofertadas en el mes de febrero, y ya se ha abierto la inscripción para el mes de marzo.

En el interior de las galerías se pueden apreciar los estratos geológicos originados por las sucesivas erupciones volcánicas, así como diversos materiales que a lo largo de millones de años se fueron depositando en el suelo donde se asentó el Alcázar Real que ordenó construir el rey Alfonso X “el sabio”, tras la fundación de Villa Real en el año 1255. En este lugar, años más tarde, en el 1473, Doña Juana de Portugal al casarse con el rey Enrique IV ordenó derribar algunas casas que había junto a él para construir una torre o torreón.

Las visitas se podrán realizar los miércoles, viernes, sábados y domingos en grupos de 6 personas. El horario los miércoles, sábados y domingos será a las 11, 12 y 13 horas, y el viernes será a las 16, 17 y 18 horas.

Las inscripciones se realizan a través del servicio de reservas de la página web de turismo de Ciudad Real (https://turismo.ciudadreal.es/que-visitar-en-ciudad-real/visitas-guiadas/) o en el teléfono de la Oficina de Turismo de Ciudad Real (926 216 486).

Las obras de recuperación del entorno del entorno del Arco del Torreón han permitido además de restaurar los restos originales del que sería arco de entrada de este torreón, descubrir el foso defensivo y un muro de la antigua muralla, para que puedan ser visitados o contemplados desde la superficie.