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El claustro del Museo-Convento de la Merced de la Ciudad Real ha sido el lugar elegido para presentación del nuevo estandarte de la Hermandad de San Isidro Labrador, elaborado para conmemorar el IV Centenario de la Canonización de San Isidro (1622-2022) que ha contado con la colaboración de la Concejalía de Promoción Turística, Festejos y Tradiciones Populares del Ayuntamiento de Ciudad Real.

Al acto ha asistido la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, que mostraba su alegría por haber podido “arropar la creación de este estandarte que tiene una parte de la ciudad, ya que San Isidro desde el cerro de Alarcos protege a todos los agricultores y cultivos de Ciudad Real”.

El Hermano mayor, Eugenio Díaz, explicaba que “desde la Hermandad se ha seguido trabajando, a pesar del parón causado por la pandemia, para aunar el aniversario de la beatificación con el de la canonización”. El estandarte nos relaciona “a San Isidro con Ciudad Real mediante un diseño atrevido, especial y singular para dejar constancia que la hermandad y la ciudad tuvieron un recuerdo de la efeméride en el cuatrocientos aniversario”. Se trata de un “tejido permeable que aguanta la lluvia, realizado a mano pero usando las nuevas tecnologías del arte”.

El estandarte ha sido diseñado y confeccionado en los Talleres de Bordado Barber (Ontinyent –Valencia). Su responsable Juan José Barber explicaba que “se han dado un millón y medio de puntadas reales que contribuyen a escribir la historia de la Hermandad de San Isidro en Ciudad Real. Nos sentimos agradecidos por poder haber colaborado con este proyecto que ha pasado varias fases, la primera y la más compleja era la elección del motivo central de estandarte, que tenía que unir la figura del santo con la ciudad, a través de cuatro elementos simbólicos, la Puerta de Toledo, la Catedral, el Ayuntamiento y la Iglesia de San Pedro”. Añadía Barber que para “el área artística del resto del estandarte se han buscado motivos que nos sirvieran para recordar el campo y a San Isidro, por lo que se han unido el trigo y las hojas de vid, símbolos eucarísticos y a la vez campestres”.

El acto ha sido amenizado por el prestigioso violinista Emilio Durán que como sorpresa final ha interpretado la canción del sembrador.